Jean Genet fue informante pago de los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
Jonathan Swift dijo alguna vez algo muy gracioso: “Ahora me aboco a un experimento muy frecuente entre los autores modernos: consiste en escribir acerca de nada“. Pero no prestemos atención, ya que todos sabemos lo humorista que era el autor de Los viajes de Gulliver (1726) y el creador de los liliputienses, y en esta época de “superinformación” es inevitable no escribir sobre “algo”. Es más, otra de sus frases “Cuando aparece un gran genio en el mundo se le puede reconocer por esta señal: todos los necios se conjuran contra él”, resume precisamente esta nueva entrada.
Es decir, he reunido algunas efemérides de algunos autores de la escena del arte, la pintura, la escritura, con la intención de conocer de primera mano que los genios son “humanos, demasiado humanos“, y fueron atacados no solo por personas, sino por catarros, jaquecas, fiebres, y curiosamente una teja, un gato, un fósforo o una cerveza, puede ser un simple motivo para sacarlos despachados de este mundo.
Nada tiene que ver este texto con una crítica o un apocamiento del autor respecto a su obra. Incluso, me atrevo a confesar que he trabado contacto con las ideas de cada uno de los aquí citados. Cada uno de ellos fue hijo de su tiempo y su verdad y hoy aplaudo de pie cada iniciativa humana cuyo trabajo en los anales del tiempo ha permitido conformar la historia del mundo y del espíritu.
Así, entonces, cada uno de los personajes aquí mencionados son de mi admiración y afecto; sin embargo, en estos tiempos de Internet y lecturas digitales sería imposible pasar por alto ciertas curiosidades históricas, o lo que los especialistas llaman: efemérides literarias. Simples detalles periféricos.
Sin más dilación y presentación, dejemos que cada línea hable por sí sola y si algún hecho o idea lo lleva a un pensamiento, no habremos escritor nada en vano, como ponderaba ya hace mucho tiempo Jonathan Swift. Adelante.
Schopenhauer fue encontrado muerto sentado ante su desayuno.
Calderón de la Barca una vez fue arrestado por acosar monjas.
La declaración de Harold Bloom al New York Times de que podía leer a razón de quinientas páginas por hora.
Anacreonte murió atragantado con una semilla de uva a los ochenta y dos años.
Jenócrates murió al tropezar con una olla de bronce en la oscuridad y romperse el cráneo.
Tales de Mileto murió en su asiento mientras miraba una competencia atlética.
Plotino murió de lo que probablemente fue un cáncer de garganta.
Sófocles jugaba a la pelota con mucha habilidad, dice el Ateneo.
La cuestión, que al parecer nunca se resolverá, de si el pie tullido de Byron era el izquierdo o el derecho.
Inmanuel Kant tenía un retrato de Rousseau en la pared de su estudio.
Kant nunca en su vida estuvo cerca de una montaña. Parece probable que tampoco haya visto nunca el océano.
Una vez Fitche necesitaba desesperadamente que Kant le prestara dinero. Kant le dijo que no.
Descartes y Pascal se encontraron dos veces. Sin que ninguno quedara impresionado.
David Hume era extremadamente gordo; incluso se dice que rompía las sillas al sentarse.
Donatello, trabajando en su Zuccone, murmurándole a la piedra: Habla, maldita, dime algo.
Sherwood Anderson murió de peritonitis luego de tragarse un palillo de mesa.
Algunos hermanos de Walt Whitman: George Washington Whitman. Andrew Jackson Whitman. Thomas Jefferson Whitman.
Alexander Pope ofendió a tanta gente con La Dunciada, que posteriormente nunca salió de su casa sin pistolas, o sin su gran perro danés.
La primera traducción inglesa de Madame Bovary la hizo una hija de Karl Marx. Que más tarde se quitaría la vida de manera muy similar a como lo hace Emma.
Franz Schubert, literalmente, nunca pudo comprarse un piano.
Thomas Hobbes fue alguna vez el secretario de Francis Bacon.
Sostuvo Hobbes que Descartes podría haber llegado a ser el mejor geómetra del mundo. Pero que no tenía cabeza para la filosofía.
El 18 de febrero de 1564 muere el pintor Miguel Ángel en Roma, y ese mismo día nace Galileo en Pisa.
Diego Rivera muy raramente se bañaba, dijo Lupe Marín, la segunda de sus cuatro esposas.
Tras su muerte en el campo de batalla, el cuerpo de Ulrico Zuinglio fue mutilado y quemado sobre una pila de estiércol.
Pirro murió tras ser golpeado con una teja.
Plutarco dice que, para obligarse a estudiar oratoria, una vez Demóstenes se afeitó media cabeza: de modo que le diera vergüenza salir de casa.
Puede que Paracelso haya muerto tras una reyerta en una taberna.
Martin Heidegger, en 1933: el Fuhrer, y solo él, es la única realidad y la ley alemana, ahora y en el futuro.
Una agencia de información sobre la condición humana, llamó Theodor Adorno a Kafka.
Tolstoi, cuando le preguntaron si había leído algo reciente de Maurice Maeterlinck: ¿por qué habría de hacerlo?, ¿he cometido un crimen?
A los veintitantos, Joseph Brodsky fue sentenciado a lanzar estiércol en el Mar Blanco con una pala durante cinco años, por lo que la Unión Soviética consideró parasitismo social.
Jean Genet fue informante pago de los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
Tennessee Williams murió atragantado con la tapa de plástico de un spray nasal.
La leyenda dice que Tycho Brahe murió cuando le explotó la vejiga tras una interminable noche de tomar cerveza.
Una hiena que escribe poesía sobre las tumbas, llamó Nietzsche a Dante.
Tardaron once días en encontrar el cuerpo de Paul Celan tras su caída del Puente Mirabeau.
Antonio Gaudí murió tras haber sido atropellado por un tranvía en Barcelona.
Roland Barthes murió al ser arrollado por un carro de lavandería en Francia al cruzar la calle.
Si es arte, no es para todos, y si es para todos, no es arte. Dijo Schoenberg.
Rousseau estaba categóricamente convencido de los vampiros.
Aldous Huxley murió el mismo día que John F. Kennedy.
Kepler murió de una fiebre no diagnosticada tras un considerable viaje a caballo para cobrar un dinero que se le debía.
Erasmo fue sin duda alguna el autor más famoso de su época. Tomás Moro incluso admitió estar encantado porque el solo hecho de ser su amigo mantendría vivo su propio nombre en la posteridad. Por otro lado, Lutero lo llamó “una basura”.
Rilke escribía de pie. Lewis Carroll escribía de pie. Thomas Wolfe escribía de pie. Ernest Hemingway escribía de pie.
El escritor a veces también habla solo. Como lo hacía Yeats, Artaud y Hölderlin.
Hilaire Belloc murió a los ochenta y tres años, cuando se le incendió la ropa al volcar carbón de una parrilla.
Rúben Dario murió de cirrosis hepática.
Saber la diferencia de profesión, sin recurrir a un diccionario, entre Julián Marías y Javier Marías.
Que Charles Darwin era malthusiano lo comprueba el hecho que alguna vez dijera: Me parece que hay demasiada miseria en el mundo.
¿Por qué el escritor nunca lo supo?, ¿qué es el líquido negro que mana de la boca de Emma Bovary muerta?
A Rilke le gustaba lustrar muebles.
A Jackson Pollock le fascinaba hornear pasteles.
Balzac incluyó más de dos mil personajes en su Comedia humana.
Hay 260.430 mil palabras en la versión inglesa de Ulises.
Herman Hesse murió dormido a los ochenta y cinco años.
La segunda esposa de Voltaire era la hija de su propia hermana.
Ocho personas se presentaron en el funeral de Robert Musil.
John Singer Sargent murió leyendo a Voltaire.
Una antología de notas de suicidio extraordinarias. O de notas de suicidio en general. ¿Existe?
Mozart era adicto al billar.
A Lawrence Durrell lo encontraron muerto en un baño.
¿Fue Beda el primer historiador en fechar los eventos A.C y D.C?
El ejemplar de Sófocles que estaba en el bolsillo de Shelley, cuando se ahogó, se encuentra en la Biblioteca Bodleiana de Oxford.
¿Fue Plutarco el primer escritor que aconsejó la bondad para con los animales?
¿Por qué el escritor a veces parece admirar a Ulises aún más cuando piensa en él, que cuando efectivamente lo lee?
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